16 enero, 2007

Franciscanos en las trincheras, secretos y entretelones de la Independencia

Por Patricia Ferrada Montecinos

Es época de fiestas patrias, es 18 de septiembre. Con frecuencia en estas fechas surge el recuerdo hacia los grandes próceres y los momentos trascendentales que permitieron la Independencia de Chile. Sin embargo, pocas veces la mirada se centra en la historia local y los avatares que debieron sobrellevar las comunidades más pequeñas. El villorrio de Chillán, en las primeras décadas del mil ochocientos, vivía intensamente las disputas propiciadas por los bandos patriotas y realistas (españoles). Éstos últimos, tuvieron en la ciudad un fuerte aliado, que hasta el último momento defendió la causa de la corona española. Se trataba del Colegio de Misioneros y de Propaganda FIDE de Chillán, convento franciscano que se ubicaba en la actual comuna de Chillán Viejo (donde ahora se localiza la Escuela Arturo Pacheco Altamirano).


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Hubo muchos elementos que sazonaron el proceso emancipador en la zona, circunstancias que tuvieron como protagonistas a los frailes franciscanos. Primero, como garantes del poder español, y luego, tras la batalla de Chacabuco, como rebeldes y guerrilleros que en clandestinidad trataron de derrocar el nuevo gobierno. Contradictoriamente, el mismo establecimiento que educó al forjador de la Patria, Bernardo O'Higgins Riquelme, fue un bastión de la monarquía hispana en Chile.



Una misión con carácter de cuartel


Como respuesta al “cisma de la cristiandad” durante el siglo XVI, la iglesia católica se preocupó de crear organismos que mantuvieran convencidos a los fieles. En 1597 nació la “C ongregatio de Propaganda FIDE”, institución a cargo de propagar las creencias y responsable de misionar y fortalecer el catolicismo quebrantado . La orden franciscana se encargó de fundar "Colegios de Propaganda", que formaban religiosos para misionar en América y Asia. A Chillán llegaron el 24 de junio de 1756. Los religiosos provenían del convento de Hebrón en Galicia y desde su arribo se preocuparon de asistir espiritualmente a la comunidad y cristianizar indígenas más allá del Bío Bío.


El actual convento franciscano ubicado en calle Sargento Aldea, es el heredero del Colegio de Propaganda FIDE. Tras el terremoto de 1835 que destruyó la ciudad, y que obligó a trasladar todo el pueblo a “Chillán Nuevo”, el convento Franciscano se erigió en sus actuales dependencias.


El sacerdote de la congregación Alberto Sagredo, conocedor de la materia, expresa que “ El convento de Chillán fue muy importante. Era cabecera de todas las misiones hacia el sur de Chile, y constituía un organismo autónomo, que dependía directamente del rey Fernando VII. Por ello además de la fidelidad a Dios, los sacerdotes de la orden se debían plenamente al monarca español . Durante todo el periodo de guerras de la independencia, el convento tuvo mucha incidencia, porque los padres eran en su mayoría españoles , y el nuevo orden político representaba una amenaza para ellos y sus lealtades”, señala .


En este periodo, los sacerdotes relataban a través de cartas y otros escritos, los principales sucesos y conflictos que debían enfrentar. Documentos que hasta el día de hoy se conservan en los archivos franciscanos. Para los frailes, los patriotas no eran más que “ insurgentes con capa de protectores amantes de la patria, que con el nombre de independientes, se sacudían el yugo suave y dulce de la dominación española ”. Esta posición de los religiosos, fue una de las razones por la cual los franciscanos de Chillán fueron cuestionados por los criollos chilenos, y protegidos por el poder ibérico. De hecho, Chillán fue algo así como un cuartel general del ejército monarquista, donde se exhortaba privada y públicamente el valor y constancia de las tropas.


El padre Alberto Sagredo, comenta cómo a partir de ello, surgió una seria división, que alcanzó a los religiosos, y a la comunidad en general: “ El Desastre de Rancagua, para los franciscanos de Chillán Viejo, fue un gran triunfo. Tanto es así, que los padres tan contentos, montaron un piano en una carreta y salieron por las calles de Chillán viejo tocando marchas y celebrando. Esa situación provocó discordias. Y al revés, tras la Batalla de Chacabuco en 1817, cuando el ejército patriota derrota a los soldados de la corona española, los padres franciscanos son asediados por la muchedumbre, y deben huir del convento, para no ser asesinados o detenidos. De hecho, el convento posteriormente fue asaltado y no quedó prácticamente nada servible ”, indica el sacerdote.


Asimismo, el Colegio de Misioneros y de Propaganda , se convierte en guarida para el ejército realista y quienes huían de la sombra de Carrera u otros patriotas. El profesor de Historia, investigador y académico de la Universidad del Bío Bío, Cristián Leal Pino, ha estudiado con profundidad el tema, y asegura que los franciscanos de Chillán fueron realistas que apoyaron desde el púlpito y en terreno las acciones militares de las expediciones españolas: “ Si pensamos en los auxilios que recibieron los realistas durante la Patria Vieja, podemos destacar ayudas espirituales y materiales, que incluyeron misas, romerías, hospedaje, colchones, hojotas, quintales de pan, resmas de papel para cartuchos, manutención de clérigos y laicos que se refugiaron en el convento por largo tiempo, vino, carne, etc. Además del apoyo logístico, ya que enviaron un capellán para acompañar al ejército español” .




El rechazo de los patriotas: ¡Muera el rey y Viva la patria!


Cuando se estableció la Junta de Gobierno en 1810, sus miembros más radicales consideraron que los misioneros franciscanos de Chillán, podrían ser un preocupante problema, así que fueron constantemente acosados e incluso agredidos por los patriotas. Tales desconfianzas dieron pie para que en octubre de 1811, un decreto de J.M. Carrera suprimiera la asignación económica que España enviaba al Convento. Tal como explica el historiador Cristián Leal, “ El Real Colegio de Propaganda Fide de San Ildefonso de Chillán, durante la Patria Vieja tuvo que ser extinguido al negarle el Congreso Nacional la subvención para su mantenimiento, dado que el Colegio declaró enfáticamente su adhesión al Rey de España, con expresiones como 'profesa, rinde e intima, amor, honor, lealtad más amado del Cielo'… Por esta defensa, en 1818 fueron apresados varios religiosos entre los que se encontraban, profesores de la niñez de Bernardo O'Higgins, los españoles Fray Gis Calvo y Fray Francisco Xavier Ramírez, a quienes el Director Supremo alojó en el Palacio de Gobierno en Santiago, en señal de respeto y aprecio ”, puntualiza.


Otra demostración de las antipatías mutuas, entre realistas y patriotas, tiene relación con las ofensas que los sacerdotes decían recibir, a la buena fama, el honor y el nombre. Algunos inclusive fueron apuntados al pecho con pistola, y amenazados con la muerte si no gritaban: ¡Muera el rey y Viva la patria!


Según consta en los documentos de la época, los padres franciscanos acusaban un "odio formal" que habría desencadenado la patria hacia la comunidad religiosa. Los triunfos patriotas de Chacabuco y Maipú acrecentaron este sentimiento, por lo que una parte de los misioneros huyó a Lima, otros pasaron al sur del río Bio Bío, manteniéndose en la clandestinidad o apoyando abiertamente a las guerrillas realistas. Es el caso del Padre Gil Calvo, quien llegó a convertirse en Capellán de Los Pincheira, de acuerdo a estudios publicados en Argentina.


El padre Alberto Sagredo cuenta que: “Después de la Independencia, casi todos los religiosos españoles fueron expulsados de Chile. Una nueva partida de misioneros que llegaron a hacerse cargo del colegio y los conventos, fueron de origen italiano. Hacia esa época también habían surgido algunos religiosos chilenos, inclusive algunos mapuches, de los cuales se conservan algunas evidencias”.



“Franciscanos mapuches”, En Chillán se formaron los primeros sacerdotes indígenas


La comunidad franciscana alojada en la zona, cumplió numerosas funciones. A las acciones misionales, que los llevaron a cruzar la frontera de Arauco, se suma su labor educadora. Como relata el Padre Sagredo, en Chillán Viejo también funcionó el “Colegio de Naturales”, donde se educaban los hijos de los caciques, que constituían la nobleza araucana. Alcanzando tanta importancia y categoría que algunos hijos de familias ilustres también fueron alumnos, como Bernardo Ohiggins” –señala Sagredo-.


En el Colegio de Naturales, se formaron como sacerdotes un pequeño número de indígenas. Algunos de ellos, abrazaron prontamente la causa independentista. De acuerdo al profesor Cristián Leal Pino, “dos personajes destacan, Francisco Michapichún y Junípero (Francisco) Inalicán, oriundos de Osorno y Valdivia respectivamente. El primero,por encargo del gobierno Republicano, fue responsable de la conversión de pueblos al sur de Chile. El segundo, pasa a Mendoza llegando a ser capellán y conversor de los Pehuenches en Argentina. En este ínter tanto conoce a José de San Martín, quien le solicita convencer a los indígenas para que ayuden a cruzar los Andes, como parte del movimiento independentista de Chile. Bernardo O'Higgins, siendo ya Director Supremo, concede Licencias a ambos religiosos para que pasen a la ciudad de Mendoza “en solicitud de órdenes sacras”. Esto en reconocimiento por haber servido generosamente a la Patria como Capellanes Castrenses del Ejército Unido Libertador”, deatalla Leal.




Los tesoros que Chillán perdió


Con una presencia de doscientos cincuenta años en la zona, los religiosos del convento franciscano han aportado de diversas formas a la comunidad local. Los documentos que avalan la existencia y el actuar de los padres se conservan hasta el día de hoy en el archivo franciscano. Casi tres siglos de historia que pueden ser revisados y estudiados por quienes manifiesten interés. Un tesoro de incalculable valor que hasta el año 1995 se guardaba en Chillán, pero a causa de los robos, por seguridad y para preservarlos, debieron ser trasladados al Convento Franciscano de la Alameda, en Santiago.


El padre Alberto Sagredo explica que el archivo fue llevado a Santiago a la Casa Central, donde sí se dan las condiciones para la conservación. De tal modo, todo lo concerniente a documentos y escritos de la Provincia de la Santísima Trinidad (Chile), se resguardan en un único sitio. “Nosotros mantenemos en el Museo de Chillán, algunos elementos y utensilios de la época del Colegio de Misiones, fotografías, alhajas religiosas, y la gran biblioteca, con más de tres mil libros, en desuso, que en la mayoría de los casos, datan del siglo XVIII. Pero documentos originales de los frailes del convento, ninguno”.


El archivero del Museo Franciscano de la Alameda, padre Rigoberto Iturriaga, considera que llevar los documentos de Chillán a Santiago fue una acertada decisión. “En Santiago hemos tenido las facilidades para empastar, digitalizar y publicar muchos de los textos. Publicamos una serie de cuadernillos, que ya van en el número 84, donde se recogen los principales manuscritos que se guardaban en el Convento de Chillán. Hay que decir, que los documentos pertenecen a la orden, no a la ciudad de Chillán, por lo tanto, con propiedad podemos disponer de ellos”, afirma.


El padre Iturriaga se ha dedicado no sólo a conservar el material, sino también a investigar y publicar sus estudios. Cuenta que en Chillán, se encontraron principalmente Crónicas conventuales, cartas, y descripciones, que han permitido reconstruir muchos momentos históricos. Además han concitado el interés de académicos y estudiantes universitarios. Cada día, el archivo Nacional de la Orden, es visitado por investigadores, motivados por conocer e indagar, y se les dan todas las facilidades para ello.



El sacerdote que le puso alas a los cañones


Muchos religiosos de la orden franciscana abrazaron la causa patriota. Uno de ellos fue Fray Luis Beltrán, quien Se nombró sacerdote el mismo año que se formaba la primera Junta de Gobierno. Su actuar estuvo marcado por hazañas en el campo militar. Según cuenta Cristián Leal, se le considera el creador de la maestranza del ejército, porque tuvo una activa participación en el apertrechamiento de tropas chilenas.


Mientras se preparaba el Ejército Libertador de Los Andes, en Mendoza, gracias a la confianza de San Martín y O'Higgins, sirvió de capellán. Su capacidad le permitió equipar el ejército, fabricando los cañones y “poniendo alas” para que pudiesen atravesar la cordillera. Justamente, una de sus hazañas tiene que ver con el traslado de pesados armamentos desde Argentina a Chile.


Cuando el ejército patriota pierde casi todo su equipo por el desastre de Cancha Rayada, será el encargado de fabricar balas y cañones, para la batalla definitiva de Maipú. Por ello el Gobierno de Chile le concede medalla de plata y le declara “heroico defensor de la nación”.Luego, se embarca para Lima en la Escuadra Libertadora, tras haber equipado totalmente las fuerzas expedicionarias. Allí recibe la asociación a la Orden del Sol del Perú.


Pero la gloria y reconocimientos tuvieron sus repercusiones. El Ministro Provincial, fray José de Guzmán y Lecaros, usando las facultades expulsa a varios religiosos por distintos motivos, entre ellos el Padre Luis Beltrán por haberse enrolado en el ejército que salió para Lima.



Publicado en La Discusión, Chillán de Chile, 17 septiembre 2005

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy interesante.

Los datos me van a servir para mi catedra de Historia de la Propaganda.

Gracias

Anónimo dijo...

Hola sabian que hay una familia en mendoza que tiene en custodia la piedra del molino que se encontraba en capilla del rosario en guaymallen, Antiguo molino harinero construido por el Gral. San Martín en 1818. ... hoy esa piedra tiene 190 años sin contar los años de su fabricacion que no se sabe cuando fue, la piedra la tiene la familia en custodia por que fue encontrada en una escavacion que se ralizo en la zona y segun la familia la va a entregar al gobierno entre los 200 y 250 años por que ya hace 100 años que es pasada de generacion a genracion. sera sierto yo la piedra la he visto y es lo que cuenta la familia. mide entre 1.20 m de diametro 50 o 60 cm de ancho. y debe pesar unos 700 kilos.....